En recuerdo de los años 20

Actualmente, cualquiera con un procesador de texto podemos escribir. Y el mundo se encuentra inundado de palabras débiles, deformadas por el maluso y abuso.
Pero siempre nos aguarda la sorpresa.
Afortunadamente.
Me he encontrado un pequeño libro de Rafael de Penagos, que habla sobre personajes españoles, algunos de los cuáles no conozco.
Y me ha sorprendido encontrarme de nuevo con la gran fuerza de un castellano proteínico. Que utiliza palabras como esta, que estamos desacostumbrados a usar.
Tengo añoranza de años que no he vivido. De intereses que retornan a mi cíclicamente. Que olvido y con el tiempo regresan, como las olas.
La brillante generación de españoles de los años 20, el conjunto de cabezas privilegiadas que en aquella época vivian en España. Estos creadores estaban inovando en múltiples terrenos del arte, hasta que toda esa fuerza, ese potencial creativo fuera pisoteado por la mezquindad de un dictador.
Si miramos atrás encontramos a Lorca, Ortega y Gasset, Marañón, a tantos escritores e intelectuales, cuyas obras siempre me han parecido dolorosamente lúcidas. A artistas modernos, que además hacian un hermoso uso del castellano. Un uso recio, descarnado de florituras. En Lorca, por ejemplo, cada palabra está donde debe estar, sobre todo en su poesia última.
Periódicamente vuelvo a ellos.
El libro de Penagos, me los ha recordado.
En el maremagnum de des-conocimiento que nos impone la sociedad actual, ellos resuenan claros y límpios. Diáfanos.
Me hacen añorar otros tiempos que no he vivido, pero de los que siempre me he sentido deudora.
Estos autores, vivian en un mundo más real, más cierto, sin este exceso de virturalidad, que en ocasiones nos diluye, nos impide ser-nos.
Creo que por eso les añoro.