martes, octubre 28, 2008

28/10/08
Es casi madrugada. Suena una música dulce, en mis auriculares.
Estoy desconectada del mundo y no importa.
Gracias a la red, voy enlazando almas dispersas, que siento cercanas. Hay una red subterránea de miradas acuosas, de voces que susurran, de pieles abiertas.
Por debajo de las ciudades dormidas, crecen voluntades. Aludes de hierro. Columnas de risas. Cemento y Gemidos. Bajo la planta de mis pies hay un océano de almas.